Estoy
sentada entre la naturaleza y escuchando música con los ojos cerrados sintiendo
como me cae las hojas y como me calienta los rayos del sol.
Escucho música,
y siento como la música pasa por mi garganta y me deja sin aliento, sin respiración
y sigo con los ojos cerrados y de repente esa sensación llega a mis brazos
siento como una especie de escalofríos, abro los ojos y me arremango las mangas
de mi camisa y veo como mi piel se pone puntiaguda, siento como que mis pelitos
se levantan y como si la música entrada en mi cuerpo.
Siento la música
como me corre por mi venas y vuelvo a cerrar los ojos, respiro ondo y dejo que
la brisa del sol me de en la cara y solo me concentro en lo que entra por mis oidos y en el
paisaje lleno de hojas, y en el sol que ilumina mi rostro.
Sigo con los
ojos cerrados, sentada mientras las hojas se van cayendo y siento como el aire
y la brisa del sol me rodea el cuerpo, respiro ondo y me levanto cojo un puñado
de hojas y mientras sigo escuchando música, tiro las hojas hacia arriba y
cierro los ojos y siento como esas hojas me caen por mi rostro y cuerpo.
Era tan significante,
pero a la vez tan bello esa sensación de poder sentir la música tan profunda
por mi cuerpo, es como si alguien estuviera corriendo dentro de mis venas y huesos,
tanto y tan mágica que ya solo por el hecho de la naturaleza me hacía sentir como
que todos los problemas y tristezas y amarguras no existían.
¡Solo vivía en mi mundo!
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