Había una vez un monstruo con dientes largos afilados como cuchillos, ojos rojos y pelo largo, un día el monstruo iba devorando gente cada persona que se cruzaba por el camino la devoraba sin temor ninguno les arrancaba el corazón a puñaladas y se los comía a trozos.
Después paso semanas y seguía caminando, comiéndose a gente y así paso años y años hasta que el monstruo vio de legos un árbol que brillaba con la luna, el árbol brillaba y lucia como un diamante y eso izo que la atención del monstruo se pusiera sobre ella, el monstruo se quedo mirando observando ese árbol durante unas horas y por fin decidió hacer algo, cogió un manzana del árbol y la mordió se comió esa manzana y luego paso unas horas y la luna se fue y según pasaba las horas el monstruo ya no era un monstruo, era una persona.
Una persona nueva con corazón y sentimientos y esa persona no se acordaba de lo que le había pasado y luego volvió por donde vino y vio gente muerta, mucha sangre y salio corriendo porque pensaba que había por hay alguien que estaba matando, pero lo que no se daba cuenta es que era el la persona, solo que por la noche se convertía así y así sucesivamente es esta historia una y otra vez veía los muertos y una y otra vez no se acordaba y los volvía a matar.
Esa persona estaba encadenada por el resto de su vida a un hechizo poderoso.
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